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Cambio climático en la producción de caña de azúcar

Por Lcda. Jhosymar Sifontes

La caña de azúcar se cultiva en zonas tropicales y subtropicales aproximadamente entre los 35° N y los 35° S, y desde el nivel del mar hasta altitudes de unos 1.000 metros. La temperatura mínima para el crecimiento activo es de unos 20° C.

En ausencia de regadío, se necesitan unas precipitaciones de unos 1.200 mm para el desarrollo de la caña de azúcar. Mientras que para el desarrollo de la cosecha se necesita calor y lluvia, para la recolección es necesario disfrutar de unas condiciones más frescas y secas.

Las reservas de terreno cultivable más grandes del mundo se concentran en América Latina y el Caribe, con 576 millones de hectáreas, cifra que equivale, aproximadamente, al 30% de su territorio.

El 47% de la superficie regional está cubierta de bosques. El 92% del bosque regional se encuentra en Sudamérica, principalmente en Brasil y Perú. Estos dos países junto con Colombia, Ecuador, México y Venezuela albergan entre un 60 y un 70% de todas las formas de vida del planeta.

Algunos expertos prevén, en los próximos años, un aumento en la cantidad de huracanes, tormentas, sequías, olas de calor y tornados que afectan a la región. Estos cambios climáticos son consecuencias de una serie de causas naturales y causas producto de la actividad del ser humano.

Todos coinciden en general en los siguientes puntos:

  • Unos suaves niveles de calentamiento en latitudes más altas (EEUU, Europa, Australia, Siberia y algunas partes de China) podrían mejorar las condiciones para el desarrollo de cultivos al prolongar la temporada de crecimiento y/o abrir nuevas zonas para la agricultura. Un calentamiento mayor podría tener efectos negativos en regiones tales como el sur de Europa y el oeste de Estados Unidos.
  • Un aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera podría potenciar los beneficios iniciales del calentamiento debido al efecto de “fertilización del carbono” que contrarrestan los daños provocados por el calor y la falta de agua. Mayores concentraciones de CO2 aumentan el índice de fotosíntesis y eficiencia hídrica (la eficiencia con la cual las plantas utilizan agua para producir una unidad de biomasa). Sin embargo, los efectos directos son mayores para plantas C3 como el trigo que para plantas C4 como el maíz, el sorgo, el mijo y la caña de azúcar.

Estudios que asumen que una cantidad sustancial de tierra a latitudes más altas se volverá apta para la producción, encuentran más efectos positivos del cambio climático sobre los rendimientos.

Hacen falta estudios de los efectos que tendrán los cambios en la temperatura y en la distribución de las radiaciones que conforman el espectro de luz solar, sobre la dinámica de los organismos asociados a los cultivos, es decir sobre los insectos plaga, patógenos y organismos controladores. De esta manera sí se podría tener una idea más integral del efecto que el cambio climático podría tener sobre el rendimiento de los cultivos.

shed-at-sunset-1155895Es necesario hacer más eficiente la fertilización nitrogenada. Al darse la fertilización, gran parte del nitrógeno no consumido por las plantas, es transformado en NO2 por algunas especies de bacterias. Este gas se libera a la atmósfera y es uno de los responsables del efecto invernadero.

Mediante modelos de simulación de clima y de rendimiento en caña de azúcar, se han logrado tener estimados del impacto del cambio climático sobre el rendimiento de este cultivo. En el año 2013 Marín y colaboradores hicieron un estudio en Brasil donde aseguran puede existir un incremento de 15-59% en el rendimiento del tallo. Además de un aumento de eficiencia de uso de agua en 24%.

Por otra parte, en Sudáfrica Jones y Singel en el año 2014 prevén un incremento de 7% en el tallo. En Australia en un estudio de Everingham y colaboradores estiman un incremento en rendimiento en el tallo y disminución en demanda de agua.

Fuentes:
http://www.conadesuca.gob.mx/
http://www.asocana.org/